martes, 27 de enero de 2009

El enemigo en casa


Llegados a esta época de invierno tener o no tener un resfriado no solo depende de los empeños que uno pone al esconderse, si no de las traiciones más descaras en nuestro círculos más cerrados. Por eso, querer o no querer resfriarse es sólo un autoengaño. Compartir es bueno y no solo música y películas.

Hace poco leía un artículo que intentaba aleccionarme para evitar resfriarme. Siguiendo sus pasos simples uno cree que los resfriados son de otros: así que lavabo bien mis manos en el baño, utilizaba papel para abrir las puertas, me froto los ojos con los nudillos en vez de con las yemas de los dedos, etc. Cualquier truco es poco para evitar la congestión nasal y el malestar general.

Iluso de mi, cuando mi hijo Lucca se resfrió me di cuenta que el enemigo estaba en casa, mi estado de salud era cuestión de tiempo y claro, no es fácil luchar contra un resfriador que mientras duerme abrazado a ti te respira directamente a la cara, es como si el billete del resfriado además de ser gratuito los hubieran repartido en la puerta del parvulario.

Así que ahora estoy sufriendo congestión nasal, malestar general, aumento y disminución de la temperatura, vamos toda una joya que durará bien bien las religiosas dos semanas.